El voto y la desgana.

Una vez más, nos piden participación para desplazarnos y ponernos delante de una urna. Debo confesar que mi desánimo y poca entrega a la causa me hace dudar y mucho en cuanto a mi intención en la participación. ¡Que menos que tener esas dudas, después de lo que estamos viendo en los últimos años!. En otros tiempos cuando empezaba a votar, yo mismo era el promotor en animar a los que había a mi alrededor para que ejerciesen su derecho. ¡Luego no te quejes!, decía. ¡Si no votas, no tienes derecho a quejarte!. Pues, no me lo han puesto fácil, esta crisis y sus sucesos por muy malos que hayan sido, nos ha beneficiado en tener un sentido más crítico y en perspectiva, tanto en nuestras intenciones como en nuestras acciones. Con todo esto no quisiera infundir tal desánimo en aquellos que me sigan y lean. No es mi intención dar un ejemplo de no participación. Nos jugamos mucho, con estas elecciones donde se decide el reparto de tanto dinero que nos pueda beneficiar. Un dinero, que aunque no se fíen de nosotros en Europa, es muy necesario para tantos y tantos proyectos en este país, siempre y cuando no se robe. Esta desidia y desánimo en tal propósito tampoco va a beneficiar la lucha contra una derecha o ultra derecha imperante en Europa, sobre la que me gustaría combatir aportando mi granito de arena. Por lo tanto, mis opciones pasaban por apoyar una izquierda reivindicativa y luchadora contra gobiernos conservadores, mercados codiciosos y posibles troikas venideras. Mi intención tampoco pasaría por un bipartidismo que ha demostrado al cabo de tantos años, mala gestión, corrupción e intereses muy particulares y partidistas. Hay un amplio elenco de partidos y organizaciones con esta guisa de izquierda reivindicativa, como para que no manden y gobiernen los de siempre. El tinglado este, está montado como para que entre el que entre te engañe. Al final, el ponerse al lado de mercados, multinacionales, grupos financieros y neoliberalismos, es cosa de tiempo y engulle a cualquiera. Te quedas con la sensación de que si no participas parece que eres menos engañado. Pero, no deja de ser otro "autoengaño". Si no participas, tal y como está montada la cosa, beneficias a los mismos, los mas poderosos y votados. Los más lamentable es que hagan lo que hagan los partidos que pasan por los distintos gobiernos, no paguen su fechorías en las urnas. Una fidelidad tan mal entendida, solo me da que pensar, que hay muchos intereses particulares para que sigan saliendo los mismos. Vivimos unos tiempos en los que tanto recorte, fraude, malversación, corrupción y robos requiere un cambio por que hay muchos que lo padecen. Quisiera quitarme de encima, tanta frustración y desgana en ejercer mi derecho al voto. Tengo un día para decidir mi participación. Amigos, si decidís participar, espero arrastraros a mi lucha y opinión, pero, si no decidís participar, creerme que os entiendo. SALUDOS.