jueves, 20 de marzo de 2014

Cuantos energúmenos.

La noticia no es novedosa, pasaba y seguirá pasando, por desgracia. Cuando trabajas en un club, donde se pretende promocionar el deporte base o de iniciación, la cantera de este y todo lo que le rodea es el objetivo de los profesionales que dirigen a los chavales, entre los que puede y deberían estar el psicólogo del deporte. Una de la principales figuras que rodean al deportista joven, son sus progenitores. Como decía la noticia no es nueva; un padre de pre-benjamines (6 - 8 años), arremete contra el árbitro (me puedo imaginar un porqué; pero, tampoco quiero saber ese porqué) ocasionándole graves daños al joven chaval (16 años), que con más ilusión que devoción, pitaba ese partido. Todavía no he nombrado el deporte, pero creo que no os hace falta mucha imaginación. No puedo más que por mi formación repudiar, rechazar, denunciar y criticar esta circunstancia y las que vendrán. No es admisible bajo ninguna de las maneras que un padre, ¡bueno!, un adulto, dé estos espectáculos en los terrenos de juego y mucho menos delante de sus hijos y menores. Cuando trabajamos en los club muchos de estos padres se extrañan que sean nuestro centro de atención en muchas ocasiones. Pues, ¡tienen que serlo! y además en todos y cada uno de los club que trabajan con jóvenes deportistas, no hay mas remedio, si se pretende cambiar esto. Estas actitudes han existido siempre, desde que tengo uso de razón, y la cosa no ha cambiado mucho desde hace mas de cuarenta años. Corregir a los padres en su comportamiento cuando viven la experiencia deportiva de sus hijos, aunque no es fácil, si es necesario para que estos jóvenes pasen por su corta o no tan corta vida en el deporte. Amigos, para los que sí estáis viviendo en estos momentos este tipo de experiencia con vuestros hijos, no se la "jodáis", debéis ser un ejemplo dentro y fuera de los terrenos de juego. Sois el modelo a seguir para ellos, a no ser que vuestra intención sea ser un buen modelo de energúmeno, ¡me lo creo!, algunos estoy seguro que lo consiguen y lo hacen muy bien. Permitirme que reivindique la figura del psicólogo deportivo en un club, que entre otros cometidos está el de educar a los padres de estos jóvenes. Sí, he dicho bien, educar. Darle las pautas de un comportamiento correcto, ante la presencia de un partido o entrenamiento; de como dirigirse al entrenador, árbitros, oponentes, directiva, os parecerá mentira que haya que hacerse, pues, ¡aunque esto parezca!, cuando el hombre (homo sapiens) va tornando su semblante a energúmeno ("homo demoniacus simplicisimus") estas conductas se ignoran y olvidan. SALUDOS.

4 comentarios:

  1. Muy Acertado e Instructivo el artículo "COMPAÑERO".
    Un Abrazo y Enhorabuena por tu Trabajo.
    Manolo Lucena
    "Ferroviario de Granada"

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  2. Gracias por tu participación. SALUDOS

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  3. De verdad que triste. No piensan que ese árbitro, es un niño de 16 años. En fin, como tú dices, energúmenos que supongo que intentan vivir y buitrear de su futuro "Messi"... Porque sino, por qué olvidan los más importante, que es pasar un buen rato?

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    1. Pues si, muy triste y lamentable. Gracias por tu participación. SALUDOS.

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