domingo, 2 de marzo de 2014

A quien le gusta la diferencia.

Amigos, ¿os suena esto?, ¡no me escucha!, ¡no me habla!, ¡en qué estará pensando, si ni siquiera me mira!, ¡nunca está pendiente de mí!, ¡no me hace ni puñetero caso!. Amigas, ¿os suena esto?, ¡si no para de hablar por teléfono!, ¡que manera de gastar saliva cuando se juntan y no paran de "cascar"!. Se ha escrito mucho y seguirá escribiendo sobre las diferencias psicológicas de género. Yo personalmente no creo que sean tanto las diferencias y sí, que todo es más bien fruto de factores educacionales y ambientales. Parece que hay diferencias fisiológicas en la estructura del cerebro, pero no queda claro que esas diferencias no sean el fruto de influencias ambientales durante la evolución del individuo y nuestra especie. Pues, sí... mi mujer no para de recriminarme, que escribo más que hablo, y es cierto. Al escribir tengo muchas más posibilidades de corregir errores que al hablar. Los que bien me conocéis, sabéis que hablo bien poco. ¿Es excusa suficiente como para no esmerarme en hablar un poco más?, pues seguramente no, pero me siento mucho más a gusto escribiendo que hablando. No existe ninguna mala intención de que esto sea así, y reivindico mi actitud a hablar lo justo y necesario para establecer un mínimo de comunicación. Con lo cual agradezco mucho la paciencia de mi mujer en no desesperarse muy a menudo de tal actitud, lo que implica un aprendizaje muy fehaciente por su parte. ¡Y por qué esto es así!. Pues seguramente en mi infancia no estuve muy estimulado a ser partícipe de diálogos y conversaciones. Mis hijos, si que tienen esta estimulación, entre otras cosas por que su madre se está encargando de ello. ¿Me molesta que esto sea así?, pues lo que en la adolescencia pudo ser un problema, ahora no lo es tanto, en mi percepción del mundo y como funciono por él, tiene cabida mi forma de ser y de como entenderlo. Por lo menos, ahora sé que esto es así. Hay mucha gente que le puede sonar esto un poco raro, pero en realidad no me siento a disgusto funcionando así. En principio, no me crea ningún tipo de disfuncionalidad o trauma, somos muchos y vemos el mundo cada uno de una forma diferente. Al igual que mi mujer, como la gran mayoría, disfruta de una larga y extendida conversación de lo que consideran importante y cotidiano, a mí no me produce especial atracción esos berenjenales, a no ser que mi motivación si lo requiera. Por lo cual espero, que el odio o rechazo se torne en comprensión. Amigos, a los que habláis poco como yo, atreveros a escribir, considero que es una buena terapia y que se utiliza mucho en intervención psicológica, os beneficiará para sentiros más a gusto en este mundo. SALUDOS.

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