sábado, 8 de marzo de 2014

La culpa y sus culpables.

Pues sorprende que aquí en España, le ganemos en algo a los países nórdicos, a parte del fútbol... claro. Sin querer frivolizar demasiado, sorprende que la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) en su estudio presentado recientemente, concluye, que en España hay muchas menos mujeres que admiten cierto tipo de maltrato o violencia machista. El mismo estudio admite que si los datos son fiables, hay que tomarlos con cautela, por que puede ser que no haya control sobre la respuesta de mujeres a quienes les avergüenza admitir tal tipo de agravio. Pero quizás, lo mas sorprendente es que se admita en estos países, ejemplo de culturas muy civilizadas y progresistas, que también y en ese volumen tal lacra social. Casi el 50% de las mujeres en Suecia (46%), Dinamarca (52%) y Finlandia (46%) admiten haber sido víctimas de violencia física o sexual de su actual o anterior pareja, frente al 22% en España. Algo que también llama mucho la atención, por lo menos a mí, es que dicho estudio especifique; "cuanto mayor es la responsabilidad profesional y el grado de formación académica, mayor es también el riesgo de ser objeto de ofensas sexuales".
Ahora, estamos pasando en este país por otro episodio negro en cuanto a violencia machista, cuatro víctimas a manos de sus parejas actuales o anteriores en menos de un mes. El problema de fondo cultural y educacional, no deja de aumentar sus cifras. Quisiera hacer hincapié, en la parte más educacional del problema. ¿Cuantas criaturas viven este tipo de experiencias en su edad más corta? ¿Cuanto hijos de víctimas e hijos de maltratadores están aprendiendo a través de su experiencia que esto pasa y es normal que pase? ¿Cuantas mujeres vencen o deberían vencer su miedo, pues... por que sus hijos son testigos de la vida tan cruda que sus modelos y ejemplo de vida a seguir, llevan? Escribirlo es muy fácil, experimentarlo es otra historia. Sobreponerse a una agresión, superarla e incluso enfrentarse a ella, requiere de un valor del que no puedo ni imaginarme, mi mayor admiración para aquellas mujeres que lo consiguen. No sé que principio o que final, es el inicio de una denuncia y su posterior ratificación, pero no deja de ser un inicio. "Apenas el 14% de las víctimas de violencia de género denuncia a la policía la agresión más grave"."De las españolas que decidieron no denunciar a su pareja después de una agresión, el 43% declaró que la razón era que deseaba afrontarlo por sí misma o que era una cuestión familiar". Menudo porcentaje, es decir, casi la mitad de las mujeres que reconocen haber sufrido agresión en España, esperan a denunciar por si pueden solucionarlo en el seno familiar. Las parejas con hijos que viven situaciones como estas; los hijos son tanto o más víctimas que sus madres. Aquí el único culpable es el agresor, que tiene muchas otras alternativas de solucionar sus desavenencias con la pareja, e incluso tratándose de un trastorno grave, hay profesionales que pueden ayudar mucho. No se es, ni mala madre, ni la causante de la ruptura familiar, esa culpa no puede recaer nunca en la víctima y mucho menos en los menores. SALUDOS.

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