viernes, 14 de marzo de 2014

¿Hoy que puedo hacer?

Muchas veces, no sabes como empezar las cosas. Intentando tener un comienzo de algo, escribes lo que te apetece y lo primero que pasa por tu cabeza. Te haces preguntas como... ¿servirá esto para algo? La respuesta, si la consigo, la tendréis al final del texto. Dedicar tiempo a imaginar que se puede hacer para ser creativo, no es una pérdida de tiempo, mas bien una pérdida de egocentrismo. ¿Divago? Dedicar tiempo a lo que no sabes que saldrá, es como prestar atención a un interior escurridizo, caprichoso y complejo. Si algo no sale con fluidez, hay que darle el suficiente tiempo para que salga, porque cuando sale, en muchas ocasiones, es un torrente de conexiones y filigranas de tu propio pensamiento. Claro, hablar de forma tan vaga y ambigua... podéis suponer que es el invento del invento y que está creado para ser inventado. Pues, sí... quizás esto sea así, e intencionadamente. Pero, lo que me permite seguir escribiendo esto, es que si en realidad estoy llamando vuestra atención, no resulte tan vago y ambiguo. Si cuando leéis esto, podíais estar viendo la televisión, caminando hacia vuestro trabajo como autómatas, empezar o hacer las rutinas de la casa de todos los días; daros cuenta de como empieza este relato buscando algo de creatividad en lo normal, lo cotidiano, lo obligado, lo aburrido, es como dejar atrás ese egocentrismo del yo-yo, (yo, solo yo y nada más que yo) ¡que desgraciado soy!, ¡otra vez lo mismo!, ¡cuando acabará esto!. En verdad, parece que lo creativo es la antítesis de lo cotidiano, vulgar y aburrido. Parece no, quizás lo sea. Pero pensad... si no existiesen todo este tipo de adjetivos repudiados por todos nosotros tampoco pensaríamos en el concepto de creatividad. Creo, que no se me ocurre nada más creativo que hacer de lo cotidiano algo diferente como para que deje de ser aburrido y poco atrayente. Nos haría falta, ese poco de tiempo, para darnos cuenta que día tras día podríamos hacer algo distinto para que nuestra pena, sea menos pena. Todos los que viven de la creatividad tienen como rutina ser creativos y posiblemente, les satisfaga cambiar de aires buscando lo rutinario. Los que no vivimos tanto de esa creatividad, rompemos la rutina con algo de esta. La verdad, y espero que no se moleste nadie, pienso que es más difícil lo segundo que lo primero. Hacer de lo rutinario algo atrayente requiere de una fortaleza creativa que precisa de un aprendizaje. Pero no os quiero desalentar, como se suele decir: "la cuestión es... empezar". Cuando empecéis os daréis cuenta que gusta. Sera un hábito preguntaros todos y cada uno de los días, cuando os levantéis, ¿hoy que puedo hacer para ser creativo?. La diversión puede formar parte de la creatividad, lo novedoso, lo particular, el detalle, ¡tantas cosas!. Descubrirlas es una tarea que el creativo tiene que construir y experimentar. Ahora, puedo contestar a la pregunta del inicio, parece que ha servido para algo. SALUDOS.

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