domingo, 18 de mayo de 2014

En el mundo de Arcadio.

Arcadio es un hombre sencillo y muy familiar. Viudo desde hace tres años, su mujer sexagenaria como él, dejó de acompañarlo para siempre. Sus hijos, viviendo la vida lejos del nido, lo llamaban de vez en cuando para saber de su existencia. La salud de Arcadio se resentía, la edad y los vicios posturales le daban mas disgustos que alegrías. Se sentía a gusto en su casa, aunque solo, veía pasar un tiempo aletargado y sin emociones. Sus hijos estaban pendientes de que su padre se fuese a vivir temporalmente con ellos, sobretodo cuando estaba postrado por alguna dolencia. Esa situación era un engorro para su descendencia,  ¡cambiar tantos planes para acompañarlo continuamente!. Arcadio pensaba que ir a casa de cualquiera de sus hijos era para molestar, y... ¡no quería!. Su mundo estaba en las cuatro paredes de aquella vivienda en la que en algún momento vivieron demasiados. Tantas fotos, tantos recuerdos, tantas experiencias. Su cuerpo podía estar fallando, era normal la edad no perdona, pero su mente estaba en un continuo proceso de exclamación e interrogación. Ya no podía aconsejar a sus hijos, ya no les podía decir, "¡eso es lo mejor para ti!". Ya no podía presumir de experiencia, apenas se le tenía en cuenta. Su mente se daba cuenta que lo viejo o antiguo solo estaba para adornar, si era apreciado o tenía algo de valor para los coleccionistas. En su momento presente eso era lo único con lo que contaba, como encajar un jarrón de valor para su familia, en la vida de los demás. El ciclo de la vida para todos pasa por cuidar y ser cuidado. Le faltaba experiencia en esta segunda parte. Dejarse cuidar y abandonarse a las decisiones de los demás no siempre resulta fácil, cuando hasta hace poco sus decisiones importaban y se consideraban. El mundo de Arcadio era un mundo blando, pastoso, lánguido y muy romo, sin aristas que le molesten y espabilen. Sin cambios de ritmo y con muy poca armonía, solo alterada cuando sus nietos más jóvenes alborotaban el silencio de aquellas paredes. Arcadio solo quería vivir y dejar vivir, su mundo era el que era y no le importaba que fuera ese. En su mundo Arcadio era el protagonista, actor secundario, director y productor, pero sobretodo era ARCADIO. Todos tenemos nuestro propio mundo, cuando dos mundos no tienen mas remedio que entenderse y relacionarse, confrontación, imposición y enfrentamientos forma parte de esa relación. A los que nos queda poco para vivir este tipo de relación, esperemos por lo menos, tenerla. SALUDOS.

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