Lo público se vende... sin razón, aquí.

Sí... llegó el momento. En algún momento tendría que hablar de algo que me atañe tan hondamente. Espero no encenderme y transmitir con un mínimo de objetividad tales argumentaciones. Como empleado público y del ferrocarril no tengo mas remedio que posicionarme en el lamentable momento que están viviendo los empleados públicos en general y los ferroviarios en particular. Como denuncia: el desmantelamiento que está sufriendo la empresa pública y sus derivados. Como ejemplo: el desmantelamiento de la REd Nacional de Ferrocarriles Españoles, que hasta 2005 era RENFE. Desmantelamiento de unos puestos de trabajo de calidad y con cierto, hasta el momento, respaldo normativo por trabajos precarios de baja remuneración y vacío normativo. Apuesta de este y los anteriores gobiernos a las políticas neoliberales que abundan en Europa. ¡Pero ojo!, creo que tanto nuestro ferrocarril como el de los países próximos son de esta misma Europa. ¿Como es posible que en Alemania no se hayan planteado, hasta la fecha, la separación de infraestructura y explotación ferroviaria? Aquí en 2005 la antigua Renfe se separó en Adif y Renfe Operadora. ¿Como es posible que en Francia se están planteando la contratación de 40.000 nuevos ferroviarios y aquí hay abiertos despidos colectivos para 850 ferroviarios, en este mismo año, de los 28.000 que quedamos? ¿Como es posible que las plantillas de las empresas estatales ferroviarias de Francia (160.000) y Alemania (170.000) como poco quintuplican a la española (28.000)? Y algo aún mas doliente ¿Cómo es posible que las empresas públicas ferroviarias tanto de Alemania como de Francia están deseando que se liberalice (privatización encubierta) el ferrocarril en España para entrar a saco y hacer negocio en nuestro país? La DB alemana ya ha pillado cacho en el transporte ferroviario de mercancías españolas. ¿No son todas empresas públicas ferroviarias? ¿Como es posible que aquí se abandone el negocio a la privatización y en otros países se refuercen, y de que manera, lo público? La obsesión privatizadora de este gobierno, herencia de los anteriores, con el beneplácito de los sindicatos mayoritarios y organizaciones de otra índole, no tiene referencia en nuestra historia como país. Nos están quitando todo lo que desde hace muchos años ha costado levantar y mantener, para vendérselo a precio de saldo a cuatro amigotes. Es lamentable que como ciudadanos permitamos aberraciones como estas. En otra ocasión hablaremos de la privatización en sanidad y educación, que no está corriendo mejor suerte.