viernes, 25 de abril de 2014

Si, señoría ...

Nos estamos acostumbrando en este país a ver perseguidos a los que juzgan. Tampoco estaría mal si con ello se garantiza imparcialidad o garantías de justicia. Aunque parezca cosa de mafias, la persecución judicial está a la orden del día, en estos lugares. No es muy normal ver a jueces sentados en el banquillo de los acusados, mientras los ladrones y mafiosos señalan con el dedo: 
      - ¿Reconoce usted en esta sala a quien le ha juzgado?. Dice el abogado defensor con la seriedad que requiere el momento.
       - Si señoría, este hombre ha tenido la osadía de juzgarme. Dice el ofendido, asentando con la cabeza y dirigiéndose hacia el juez de la instrucción que juzga a otro juez.
Como decía antes, juzgar a un juez está dentro de la norma judicial por temas de prevaricación y abuso de poder. Lo curioso es que los acusados son mafias de mucho poder en este país que quieren salirse con las suyas, es decir, seguir robando y no pagar por ello. Aunque la Gürtel se destapó por un defecto de formas y al señor Blesa lo quieran investigar por otras cosas que no sean el invento de las preferentes. Curiosamente hay un partido muy relacionado con los dos casos y además íntimos amigos de los que gobiernan en la actualidad. Lo lamentable es que estas personas con mucho poder y con mucho dinero, no es que tengan la mejor defensa que se pueda tener, es que además tengan a su favor la mejores argucias judiciales para evitar la justicia. Bueno... si hablamos de los indultos, que os voy a contar. No entiendo tampoco, como un gobierno puede atribuir este tipo de beneficios y no sea un juez el que los haga. Pero, sobretodo como es posible que en los casos que haya habido muerte, no se cumpla con la ley y en otros casos de menor transcendencia se cumpla a rajatabla. ¿Será porque en los primeros, haya pasta e influencias? No hombre, eso como va a ser. Eso no, no... no me lo creo. Pobres mortales de a pie, la justicia, nunca ha sido para los pobres, por mucho cuento nos quieran contar que es igual para todos. Seguro que huyo sin darle los papeles del coche a los municipales que me los piden y acabo en la cárcel por evasión. A que, eso si que os lo creéis, por si acaso no lo intentéis lleváis todas las papeletas de acabar enjuiciados y condenados. Amigos la mayoría de los mortales de a pié tenemos que ser buenos y cumplir las normas, es decir, corderos a los ojos de la justicia popular. Los poderosos, sea de la índole que sea, políticos, religiosos, adinerados, tienen otro tipo de justicia y muy claro tiene que estar la cosa como para que acaben pagando sus fechorías. SALUDOS.

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